jueves, 19 de febrero de 2009

La Manipulación en los Organos de Control

Procuraduría General de la Nación,
sinónimo de desacato y desobediencia


En Colombia definitivamente las cosas cada vez más parecen al revés, como lo acaba de afirmar el ex Gobernador Alan Jara: “la guerrilla nos protegía de los disparos del Ejercito”, y esto se puede afirmar por tres casos concretos, para no ser exhaustivos, de lo que viene aconteciendo en nuestro país; el ascenso del Coronel Santoyo a General, el atornillamiento del Director de INVIAS a su cargo y las consabidas acciones de Invercolsa en manos del ex Ministro Fernando Londoño Hoyos, veamos cada una de estas perlas:

El primer caso tiene que ver con el ascenso a General de la República del Coronel de la Policía Mauricio Alfonso Santoyo Velasco. El Coronel Santoyo fue Comandante del Gaula de Antioquia de diciembre de 1997 a febrero de 2001, tiempo durante el cual se realizaron bajo su mando 1.808 interceptaciones telefónicas ilegales que vulneraban y violaban los derechos de los ciudadanos investigados.

Mediante Decreto 1811 del 7 de agosto 2002, el Coronel Santoyo es nombrado como Secretario para la Seguridad del Presidente en el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República. Posteriormente, la Procuraduría General de la Nación lo destituyó el 7 de octubre del 2003 al encontrarlo responsable de las mencionadas “chuzadas” y que para autorizarlas llegaron incluso a falsificar firmas de fiscales.

La destitución quedó en firme en noviembre del 2004, pero Santoyo no se notificó, no obstante las citaciones del Ministerio Público. La defensa del Coronel se valió de artilugios legales y jurídicos para argumentar que la notificación era ilegal, por lo cual solicitó la revocatoria de la medida ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, quien al negar la demanda dio pie a que Santoyo acudiera al Consejo de Estado para que finalmente se decidiera suspender la destitución mientras se analiza el expediente y falla. Mientras tanto, el Ministro de Defensa ordenó su reintegro al servicio activo.

Sumado a lo anterior, el Coronel Santoyo fue llamado a hacer curso de General y el pasado mes de diciembre fue ascendido a General por votación de 10 a 4 en el Congreso de la República. La pregunta evidentemente es: ¿entonces para qué una Procuraduría General de la Nación de desobediencia y desacato?

El segundo caso tiene que ver con el atornillamiento del Director de INVIAS Daniel García Arizabaleta a su cargo. Según la Procuraduría General de la Nación, el señor García fue encontrado responsable de once faltas disciplinarias en el proceso que le seguía, algunos de ellos fueron posteriormente desistidos pero finalmente la investigación lo declaró culpable, lo destituyó e inhabilitó por 15 años para ocupar cualquier cargo en el Estado. De acuerdo a la investigación de la Procuraduría, algunas de las faltas gravísimas tienen que ver con presentar documentos falsos en su hoja de vida e incurrir en conflictos de intereses para beneficio propio.

Según el Ministerio Público el ex funcionario cometió seis faltas gravísimas desde 2002 hasta 2006, año que asumió como Director en propiedad de INVIAS. “Las exigencias de requisitos y perfiles para cargos públicos e incluso privados no corresponden a caprichos infundados de quien ostenta el poder”, afirmó el Procurador General de la Nación.

La investigación encontró por ejemplo que el señor García acreditó experiencia profesional en la empresa de su progenitor cuando todavía se encontraba como estudiante de arquitectura. Así mismo pudo haber incurrido en presunta incompatibilidad por tomar posesión del cargo de Director General de Coldeportes encontrándose vinculado, nombrado y en ejercicio del cargo de asesor del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República. ¿Por qué la Procuraduría reacciona cinco años después dejando prescribir esta acción disciplinaria?

Por último modificó los requisitos exigidos en los manuales de funciones tanto de Coldeportes como de INVIAS para beneficio personal, pues mientras que en Coldeportes cambió los requisitos para tener a sus amigos como directivos, en INVIAS lo hizo para beneficio propio e incluyó su profesión para poder acceder a Director de INVIAS en propiedad, lo cual hizo siendo Director encargado. Obviamente el país entero ha rechazado la conducta del señor Daniel García, ya que además de haber cometido las faltas gravísimas y después de haber sido destituido por la Procuraduría, continua en el cargo bajo la figura de licencia no remunerada, con el visto bueno del Ministro de Transporte, para supuestamente enfrentar las irregularidades personalmente. Lo anterior significa que el señor Daniel García todavía es Director de INVÍAS.

Pero adicional a lo anterior, lo curioso del caso es que a pesar de haber sido finalmente destituido del cargo, de ser inhabilitado por 15 años para ejercer cargos públicos y de haberse encontrado según la Procuraduría responsable de seis de las once faltas investigadas, todavía está dando entrevistas y declaraciones en las que afirma: “ser un falso positivo de la Procuraduría”, particularmente del saliente Procurador Edgardo Maya.

Cabe recordar la Directiva Presidencial Nº 10 del 20 de agosto de 2002, dirigida a todos los mandos directivos del Gobierno, en la cual el Primer Mandatario explicaba la “intolerancia absoluta con los funcionarios corruptos” y esgrimía el argumento que “si a algún funcionario de la (…) administración se le vinculara procesalmente con actuaciones corruptas, primaría el interés general y la estabilidad institucional”(subrayado fuera de texto). Lo anterior, decía el Presidente en su Directiva “es de carácter eminentemente moral, y en ningún caso presume la culpabilidad del funcionario investigado”.

¿Por qué el Gobierno Nacional permite una licencia no remunerada al señor García cuando la Procuraduría General de la Nación ya lo destituyó, inhabilitó y demás? ¿Por qué continúa en el cargo de Director de INVÍAS escondiéndose bajo una figura de licencia no remunerada? El mundo al revés, como dice Alan Jara.

El último caso es el ya conocido por todo el país, las 145 millones de acciones de Invercolsa en poder del ex Ministro del Interior y Justicia Fernando Londoño Hoyos, quien ostentando falsamente calidad de trabajador de la empresa, adquirió en 1997 las acciones de dicha empresa.

Las triquiñuelas del ex Ministro han dado para todo. Desde los estrados judiciales más sencillos como los juzgados, pasando por los Tribunales Superiores y terminando en el Consejo de Estado y en la Corte Constitucional. No obstante lo anterior y a pesar de que el Procurador General de la Nación profirió sentencia en la cual destituía al ex Ministro y lo inhabilitaba para ejercer cargos públicos por 27 años y que la Corte Constitucional fallara el 30 de mayo de 2007 y le ordenaba restituir las acciones de Invercolsa en un plazo de 10 días, no ha pasado nada.

En síntesis, los fallos proferidos por la Procuraduría General de la Nación son sinónimo de desacato y desobediencia, no se obedecen, no se respetan, no se les hace caso, mejor dicho, entre más se les incumpla, más premiados podrán ser. La pregunta que vuelve y juega sigue siendo: ¿entonces para que una Procuraduría sinónimo de desacato y desobediencia? Ser corruptos, facinerosos, irrespetuosos de la ley es lo que están pagando en este país, por eso estamos hastiados y asqueados de tanta burla al pueblo y al orden.

De complemento final queda por mencionar la liberación de Alan Jara, Sigifredo López y los cuatro miembros de la fuerza pública, la desautorización al Alto Consejero para la Paz, Luis Carlos Restrepo en el tema de los periodistas, los diez años de Hugo Chávez en la República Bolivariana de Venezuela y la muerte de 30 afrocolombianos e indígenas en la carretera Medellín – Quibdó.

Mauricio Zuluaga Ruiz